EL ÉXODO: LA HISTORIA DE MOISÉS
Moisés mató a un egipcio que a su vez había asesinado a un hebreo, por lo que hubo de huir de Egipto. En el exilio, Moisés fue pastor toda su vida. A los 80 años, Jehová, se le apareció en una zarza ardiente y le ordenó volver a Egipto y salvar a su pueblo de la esclavitud. Una vez hecho esto, debía guiarlos hacia la tierra de Canaán, donde debían instalarse de forma permanente. Para ayudarle en el proyecto, Jehová otorgó a Moisés el poder de realizar milagros.
Moisés se presentó ante el faraón junto con su hermano Aarón, pero a pesar de los milagros realizados azotando a los egipcios con una serie de plagas—, el faraón se negó a liberar al pueblo hebreo. Al final, aceptó que Moisés condujera a los hebreos fuera de Egipto, camino de Canaán. Al aproximarse al Mar Rojo, un ejército egipcio enviado por el faraón se les aproximó. Moisés extendió su brazo, dividiendo el mar y formando murallas de agua a derecha e izquierda. Los hebreos cruzaron el tramo, pero cuando los egipcios intentaron seguirles, las murallas de agua cayeron sobre ellos y los ahogaron.
Al llegar al pie del monte Sinaí, en la península homónima, Moisés subió a la cima para hablar con Jehová. Estuvo con él por 40 días y 40 noches y recibió dos tablas de piedra en las que estaban escritos los Diez Mandamientos.
Tras 40 años de travesía del desierto bajo la dirección de Moisés, periodo signado por diversas tribulaciones como terremotos, plagas, incendios, sequías y guerras con los pueblos nativos de Palestina, los hebreos llegaron al fin a Canaán. Jehová permitió a Moisés divisar la Tierra Prometida, desde la cima del monte Nebó, y después de esta visión murió. Sin embargo, ya había entregado el liderazgo del pueblo a Josué. Aunque es difícil precisar las fechas de nacimiento y muerte de Moisés, numerosos especialistas contemporáneos aseguran que el éxodo tuvo lugar en el siglo XIII a.C.
Además Moisés fue quizá el autor de los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, denominados en su conjunto Pentateuco, así como de otras partes del A.T., incluyendo quizá el Libro de Job. Sin embargo, la opinión casi unánime de los especialistas es que estos libros son la obra combinada de numerosos autores.
Moisés se le menciona con frecuencia en el N.T. como en la transfiguración de Cristo, Moisés representa a la Ley (Mt. 17,3). El papel que desempeñó en el A.T. es reseñado en la Epístola a los Hebreos, comparándolo con el de Cristo (Heb. 3:1-6). También se le menciona en el Evangelio de San Juan, de nuevo para destacar el papel de Cristo (Jn.1:17) como refrendo de lo anunciado en las Escrituras.
También el islam, que le llama Musa, le venera.
Profeta y legislador hebreo, fundador de Israel o del pueblo judío. También el islam, que le llama Musa, le venera. La historia de su vida se relata sobre todo en los libros Éxodo y Deuteronomio del Antiguo Testamento. Según estos relatos, nació en Gosén, región del antiguo Egipto. A la sazón, los judíos residentes en Egipto se hallaban esclavizados por el faraón. Poco antes del nacimiento de Moisés, el faraón había ordenado dar muerte a todos los varones hebreos recién nacidos. Para salvar a su hijo, su madre le colocó en una cesta de papiro que echó al Nilo, episodio que fue observado por su hermana Miriam (Éx. 2,4; Núm. 26,59). Fue rescatado por la hija del faraón, que crió al niño como si fuera suyo. Ya adulto, Moisés mató a un egipcio que a su vez había asesinado a un hebreo, por lo que hubo de huir de Egipto. En el exilio, Moisés fue pastor toda su vida. A los 80 años, Dios se le apareció en una zarza ardiente y le ordenó volver a Egipto y salvar a su pueblo de la esclavitud. Una vez hecho esto, debía guiarlos hacia la tierra de Canaán, más tarde denominada Palestina, donde debían instalarse de forma permanente. Para ayudarle en el proyecto, Dios otorgó a Moisés el poder de realizar milagros.
EL ÉXODO: LAS PLAGAS DE EGIPTO
Primero la plaga de sangre. Moisés y Aarón tenían la vara de Dios el cual golpearon las aguas y se convirtieron en sangre, los ríos, estanques, arroyos y hasta en los vasos. Pero los sabios y hechiceros hicieron lo mismo entonces Faraón no le hizo caso a Moisés.
Luego vino la plaga de ranas. Por segunda vez Moisés y Aarón se presentan delante de Faraón para que deje ir al pueblo y endureció su corazón por lo tanto no dejó ir al pueblo de ahí que sobrevino sobre todo Egipto una plaga de ranas.
Plaga de piojo. Moisés habla a Aarón diciendo que extienda su mano y que golpee el polvo de la tierra para que se convierta en piojos y ataque a todo Egipto, y llamó Faraón a los hechiceros y no pudieron contra la plaga porque dijeron que era el dedo de Dios lo que había hecho eso.
Plaga de moscas. Nuevamente Moisés y Aarón son enviados por Dios para decir a Faraón que deje ir al pueblo o de lo contrario enviaría una plaga de moscas sobre sus siervos, pueblo, y casas.
Plaga en el ganado. Obedeciendo a Dios Moisés va junto a Faraón para pedirle de nuevo que deje ir al pueblo de Israel camino de tres para adorarle y ofrecerle sacrificios pero el Faraón endureció su corazón y vino una plaga sobre todos los ganados de Egipto, menos sobre los del pueblo de Israel. Así Dios mostraba su poder y que todo estaba bajo su control.
La plaga de úlceras. Moisés y Aarón hicieron como Jehová le dijo, tomaron un puñado de ceniza de un horno y lo esparcieron hacia el cielo frente al Faraón y eso produjo sarpullidos con úlceras en todos los hombres y bestias y ni los hechiceros se salvaron de eso.
Plaga del granizo. Así como Jehová les dijo Moisés y Aarón se presentaron delante de Faraón para dejar ir al pueblo de Israel, y si no lo dejaba enviaría una plaga de granizo sobre toda la tierra de Egipto, hombres, bestias, y sobre toda la hierba del campo.
Plaga de langostas. De nuevo Moisés y Aarón se presentan delante de Faraón preguntándole departe de Dios ¿hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Continúan diciendo que si no deja ir al pueblo, a la mañana siguiente enviaría langostas y fue así, las langostas cubrieron la faz de la tierra y comieron todo lo verde que había, la casa de Faraón y las casas de los egipcios se llenaron de langostas.
Plaga de tinieblas. Jehová dijo a Moisés, extiende tu mano al cielo para que haya tinieblas en todo Egipto y fue así, durante tres días nadie se levantó porque ni siquiera podían ver al que estaba al lado, pero los hijos de Israel si tenían luz en sus habitaciones.
Muerte de los primogénitos. La última plaga es la muerte de los primogénitos de todo Egipto, desde el primogénito del Faraón hasta el primogénito de las bestias. Pero de los hijos de Israel ninguno murió.
Cada vez que Jehová traía plaga sobre Egipto el Faraón mandaba llamar a Moisés para que quite la plaga y así lo dejaría ir pero no cumplía con su palabra. Las primeras cuatro plagas fueron molestias para todo Egipto. Desde la plaga del ganado hasta de la langosta causaron pérdidas económicas a Egipto incluso tocó a algunas personas. La plaga de tinieblas trajo temor al pueblo y la última fue exclusivamente de Dios sin que Moisés y Aarón hicieran algo.
Así como el Faraón impedía al pueblo que ofrezca sacrificios a Dios tenemos en nuestra vida un Faraón que nos impide ir a adorarle. Esas cosas no deben afectar nuestra comunión con Dios, a través de las plagas vemos la mano de Dios sobre el pueblo de Israel, que lo protegía de todas esas plagas. Dios hacía una marcada diferencia entre el pueblo egipcio y el de Israel y lo sigue haciendo. Somos hijos de Dios y por lo tanto gozamos de ese beneficio, de ese trato especial que nos da para poder entregarle nuestra ofrenda de adoración a Dios. En varias ocasiones Dios utiliza situaciones difíciles para demostrar su poder y sus maravillas.
EL ÉXODO: LA LIBERACIÓN DE ISRAEL
Moisés llevó a los israelitas desde el cautiverio en Egipto hasta el monte Sinaí, donde Dios les dio Sus leyes. Después, Moisés envió 12 hombres a espiar la tierra de Canaán. Pero 10 regresaron a él con un informe malo. Hicieron que la gente quisiera volver a Egipto. Por su falta de fe, Dios castigó a los israelitas haciéndoles vagar por 40 años en el desierto.
Finalmente, Josué fue escogido para poner a los israelitas en la tierra de Canaán. Para ayudarles a apoderarse del país, Jehová hizo milagros. Hizo que el río Jordán dejara de fluir, que los muros de Jericó se cayeran y que el Sol se quedara quieto un día entero. Después de seis años, la tierra les había sido quitada a los cananeos.
EL ÉXODO: LOS DIEZ MANDAMIENTOS

1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas.
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos.
En el Antiguo Testamento Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés en el Sinaí para ayudar a su pueblo escogidos a cumplir la ley divina.
Jesucristo, en la ley evangélica, confirmó los Diez Mandamientos y los perfeccionó con su palabra y con su ejemplo.
Nuestro amor a Dios se manifiesta en el cumplimiento de los Diez Mandamientos y de los preceptos de la Iglesia.
En definitiva, todos los Mandamientos se resumen en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo, y más aún, como Cristo nos amó.
EL ÉXODO: EL SUCESOR DE MOISÉS JOSUÉ
Moisés quiere entrar en Canaán con los israelitas. Por eso dice: ‘Jehová, déjame cruzar el río Jordán, para ver la buena tierra.’ Pero Jehová dice: ‘¡Basta! ¡No vuelvas a decir eso!’ ¿Sabes por qué le dijo eso Jehová?
Es por lo que pasó cuando Moisés golpeó la roca. Recuerda: él y Aarón no honraron a Jehová. No le dijeron al pueblo que era Jehová quien estaba sacando el agua de la roca. Por eso Jehová dijo que no les dejaría entrar en Canaán.
Así que, pocos meses después de la muerte de Aarón, Jehová le dice a Moisés: ‘Toma a Josué, y ponlo enfrente de Eleazar el sacerdote y el pueblo. Y allí, delante de todos, di a todos que Josué es el nuevo líder.’ Moisés hace tal como Jehová dice, como puedes ver en el cuadro.
Entonces Jehová le dice a Josué: ‘Sé fuerte, y no temas. Guiarás a los israelitas y los pondrás en la tierra de Canaán que les he prometido, y yo estaré contigo.’
Después Jehová le dice a Moisés que suba bien arriba en el monte Nebo en la tierra de Moab. Desde allí Moisés puede mirar hasta más allá del río Jordán y ver la hermosa tierra de Canaán. Jehová dice: ‘Esta es la tierra que prometí dar a los hijos de Abrahán, Isaac y Jacob. He dejado que la veas, pero no te dejaré entrar en ella.’
Allí, sobre el monte Nebo, Moisés muere. Él tenía 120 años. Era fuerte todavía y tenía buena vista todavía. El pueblo siente una gran tristeza y todos ellos lloran mucho a Moisés. Pero les alegra tener ahora a Josué como su nuevo líder.
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